Inexplicable: ¿Se encuentra el jardín del Edén dentro de la Tierra?

Ciudad de Nueva York, julio de 1996.

El sismólogo Dr. Paul Richards y su equipo de la Universidad de Columbia hacen un anuncio notable.

Descubren que, si bien una rotación completa de la superficie de la Tierra tarda 24 horas, el núcleo de hierro en el centro de nuestro planeta en realidad gira más rápido.

Estaban midiendo la rotación del núcleo de la Tierra en relación con la superficie de la Tierra. Y lo que encontraron fue que no es constante.

Y lleva a la gente a creer que existe una desconexión entre ambos. Quizás no sea roca fundida. Podría ser al aire libre. Entonces, cuando se juntan todos esos datos, queda abierta la idea, la hipótesis de que la Tierra es hueca.

¿Podría realmente haber un espacio vasto y hueco debajo de la superficie de la Tierra? Suena loco.

Y, sin embargo, durante miles de años, ha persistido la creencia de que bajo nuestros pies no sólo hay cuevas y túneles, sino todo un mundo subterráneo.

La idea de la Tierra hueca es que vivimos sobre un caparazón y que dentro de la Tierra hay una cavidad hueca con su propia atmósfera, sus propios animales y posiblemente sus propios habitantes.

El concepto de una Tierra hueca se remonta a mucho antes de la palabra escrita.

Tenemos pictogramas, dibujos rupestres, cosas que describen a deidades que salen de la Tierra o al hombre tratando de comunicarse con deidades en la Tierra. Y de ahí surgió la idea de una Tierra hueca.

De todos los cuentos antiguos sobre la Tierra hueca, quizás el más intrigante sea el que trata del Jardín del Edén.

Hay una antigua leyenda que está registrada en un texto muy, muy antiguo llamado Sefir Temunah, «El Libro de la Imagen».

La leyenda nos cuenta que una cueva llamada Macpela es la puerta de entrada al Jardín del Edén, que existe en el interior de la Tierra. Pero he aquí la pregunta interesante: ¿un jardín en una cueva? No funciona así. Los jardines tienen vida vegetal que crece y requiere sol. Pero en el interior de la Tierra hay un sol interior.

¿Podrían Adán y Eva haber vivido en un exuberante paraíso en las profundidades del subsuelo? La increíble idea de que la gente podría habitar espacios subterráneos ha sido adoptada no sólo en la antigüedad, sino también en la era moderna.

De hecho, a principios del siglo XX, la fascinación por la Tierra hueca era tan fuerte que una nueva generación de científicos y exploradores se propuso encontrar pruebas de la existencia de la llamada Tierra interior.

Quizás la más fascinante de esas expediciones fue la dirigida por un oficial naval estadounidense llamado almirante Richard E. Byrd en 1926.

El almirante Richard Byrd fue un famoso aviador y explorador estadounidense. Y afirmó que en uno de los viajes que hizo al Polo Norte en avión, se topó con un ambiente allá abajo, afelpado y verde de animales.

Casi como una especie de Jardín del Edén, si se quiere. En otras palabras, lo que tal vez vio el almirante Byrd en el Polo Norte fue en realidad una entrada a un mundo paralelo. Una existencia paralela que existe y convive con la propia Tierra.

¿Es posible que el almirante Byrd viera una entrada al interior de la Tierra en el Polo Norte? Casi un siglo después de su supuesto descubrimiento, no hay forma de saberlo con seguridad. Pero la ciencia moderna está tratando de resolver este misterio centenario mediante la realización de estudios sísmicos del interior del planeta.

Uno de los datos que realmente fue trascendental fue cuando la Universidad de Washington descubrió grandes cantidades de agua debajo de la corteza del fondo del océano.

De hecho, podían leer las olas rompiendo en una costa en el interior de la corteza. Eso fue realmente bastante notable.

Con informes como ese, algunos han llevado a creer que al menos existe la posibilidad de que tengamos una Tierra hueca.

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