La razón por la que nuestro planeta tembló durante exactamente nueve días ha sido descubierta recientemente
¡Como si un terremoto se extendiera de polo a polo! Sin embargo, no se trata de un fenómeno natural, sino artificial, provocado por el hombre. Al principio, el fenómeno imitaba un terremoto, captado por todos los sismógrafos del mundo. Pero ¿qué era en realidad?
Imagínese lo siguiente: usted es un científico, un investigador, un sismólogo destinado en una base de investigación en el Ártico, cerca del Polo Norte. Un día, sus instrumentos registran una señal que no se parece a nada que haya visto antes. Unas horas después, se pone en contacto con ellos para compartir sus hallazgos sin precedentes.
En respuesta, recibes un mensaje desde el lado opuesto del planeta: un explorador como tú, estacionado en el Polo Sur de la Antártida, observa el mismo fenómeno. Este acontecimiento no tiene precedentes en tu carrera ni en los anales de la ciencia. No está documentado en ningún libro ni se recoge en los programas universitarios. Y persistió exactamente durante nueve días.
Temblores de tierra
No, no se trata de la icónica serie de películas de los años 90; las criaturas subterráneas no están relacionadas, a pesar de esas teorías.
El 16 de septiembre de 2023, las estaciones sísmicas de todo el mundo comenzaron a registrar datos inusuales que se asemejaban a un terremoto. Sin embargo, la señal parecía extraña, como si fuera artificial, creada por el hombre.
Por lo general, un terremoto se registra en un sismógrafo como una mezcla de varias frecuencias. En términos sencillos, se trata de vibraciones distintas que se producen simultáneamente y se combinan, lo que hace que el sismógrafo represente un patrón similar a este:
Esta vez, el dispositivo registró una señal inusual: una señal “monocromática”, es decir, una frecuencia única de 10,88 megahercios. En pocas palabras, la oscilación alcanzó su punto máximo exactamente cada 92 segundos antes de disminuir y luego alcanzar su punto máximo nuevamente.
Imagínenselo como el péndulo de un reloj, oscilando de un extremo al otro en 92 segundos. Los terremotos no muestran este patrón. Observen la “imagen” a continuación: estas son las lecturas reales del sismógrafo que los científicos comenzaron a recibir:
El eje vertical representa la distancia desde la fuente en grados, lo que indica más la dirección que la distancia real. El eje horizontal mide el tiempo en minutos. No es necesario examinar este gráfico de cerca; simplemente observe la suavidad y claridad de la señal que muestra el dispositivo.
Si se clavan pilotes en el suelo cerca de un sismógrafo y se los golpea con una fuerza constante a intervalos de 92 segundos, se produce una señal como ésta. ¿Qué podría crear un patrón tan regular?
Además, la señal fue detectada por estaciones sísmicas de todo el mundo, desde el Polo Sur hasta el Polo Norte. Semejante comportamiento no tiene precedentes, ni siquiera en el caso de los terremotos más potentes. Piénsese en el desconcierto: la sismología es una ciencia establecida desde hace 124 años, pero este fenómeno nunca ha sido documentado. Ningún estudio o libro ha descrito jamás un acontecimiento de estas características.
Todo el planeta experimentó temblores durante exactamente nueve días; los sismógrafos captaron esta señal inusual y aparentemente antinatural durante el mismo período. Como puede darse cuenta, este evento no tiene paralelo en la historia registrada.
Teorías y una respuesta
Como es habitual, han surgido numerosas teorías, sobre todo de los blogueros, ya que los científicos no tenían una respuesta. Todavía no la han descubierto, pero pronto lo harán.
Mientras tanto, en el mundo se planteaban diversas ideas: extraterrestres, Nibiru, Mercurio retrógrado, entre otras, ninguna de las cuales era creíble. Incluso hubo afirmaciones que involucraban a “reptilianos de la administración de la Casa Blanca”.
La revelación resultó ser bastante realista y confirmó que nuestro planeta es realmente capaz de producir tales fenómenos.
La revelación la hizo Christian Svenneng, un científico del Servicio Geográfico Danés. La causa era evidente desde el principio. Por ello, un equipo de científicos de Dinamarca y Groenlandia descubrió que el culpable era, una vez más, el calentamiento global .
En el lado desolado de Groenlandia hay glaciares. Uno de ellos se ha disuelto: el planeta es simplemente demasiado caluroso. El hielo y el clima, estables durante milenios, han sido alterados. La humanidad los ha vuelto irreconocibles en tan solo los últimos 50 o 60 años.
Como resultado, una montaña entera se derrumbó en el océano. Tenía 1,2 kilómetros de altura y generó una ola de 200 metros de altura. Imagínese una ola con 200 metros de fuerza, una masa inmensa y una velocidad extraordinaria.
Esta ola colosal se limitó a la bahía y avanzó 10 kilómetros por la costa hasta llegar finalmente a la orilla. Esto ocurrió en cuestión de minutos (como se muestra en el gráfico inicial).
Al encontrarse inicialmente con la tierra, la ola inevitablemente perdió algo de energía, pero no desapareció: continuó oscilando de un lado a otro de la bahía durante los siguientes nueve días.
La duración de su recorrido fue de 92 segundos. Visualice el péndulo de un antiguo reloj de pie oscilando de un lado a otro. El péndulo representa la ola y la bahía es el área dentro de la cual oscila. Es comprensible que estas oscilaciones persistieran durante nueve días hasta que se agotó la energía de la ola.
El autor del estudio destaca que por primera vez a nivel mundial, el típico “salpicaduras de agua” fue detectado por sismógrafos de todo el mundo en forma de temblores de tierra y vibraciones de la corteza.
Un año después, este fenómeno sigue siendo investigado por 68 científicos de 40 organizaciones en 15 países. Actualmente, se lo reconoce como uno de los tsunamis más grandes de la Tierra. Milagrosamente, ocurrió en un lugar tan único y en tales condiciones que la ola no pudo escapar de la bahía.
Es sorprendente que un evento de esta magnitud haya permanecido sin detectar durante tanto tiempo, que los científicos hayan tardado tanto en descubrir la causa y que hayamos pasado por alto “uno de los tsunamis más grandes de la Tierra”, según los científicos.
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