La toma de la Tierra: han llegado personas grises y sin luz
Cada vez se habla más de que la humanidad ha sido subyugada. ¿Podría ser que los extraterrestres alguna vez aterrizaran en la Tierra y conquistaran el planeta utilizando tecnologías desconocidas para los humanos? No hubo una invasión armada; más bien, todo sucedió de una manera mucho más simple.
Haciendo cambios en la Biblia
La invasión comenzó con el derrocamiento informativo de la conciencia humana. Varias referencias culturales sugieren que personas grises y desprovistas de luz vendrán a la Tierra, encarnando características tanto masculinas como femeninas. Esencialmente, se los describe como una especie biológica distinta con una mezcla de rasgos masculinos y femeninos.
Alterar la conciencia de los seres humanos era sencillo: bastaba con una ligera distorsión de los datos auténticos de la Biblia. Posteriormente, se puso en marcha un mecanismo que podía inhabilitar en la conciencia humana rasgos como la conciencia y la responsabilidad por los propios actos.
La Biblia menciona con frecuencia que un cordero puede llevar los pecados de una persona. Se lo sacrifica, con lo que se lleva a cabo un ritual. Se ponen las manos sobre el carnero, se le transfieren simbólicamente los pecados y luego el animal perece.
La noción de que uno puede cometer fechorías y luego absolverlas mediante el sacrificio de un animal socava el valor de la vida humana y fomenta un sentimiento de impunidad.
Cuando a las personas se les informa que Jesucristo ha redimido todo para ellas e incluso ha tomado sobre Sí los pecados futuros de la humanidad, esto puede impactar profundamente su conciencia.
La Biblia es un texto completo que aborda cuestiones sobre el mundo y sus orígenes, distingue el bien del mal y orienta sobre cómo vivir. Sin embargo, también contiene pasajes que resuenan de manera diferente en distintos pueblos y que conducen a acciones diversas en situaciones idénticas.
Sustitución de ideales y valores
Después de la disrupción de las prioridades de la cosmovisión de las personas, comenzó el proceso de reemplazo de ideales y metas en la vida humana, que comenzó alrededor de los siglos XII al XV.
Por ejemplo, el concepto de felicidad ha cambiado. Lo que antes se definía por la fuerza de los lazos familiares, ahora suele equipararse con la abundancia de riqueza material y con imitaciones superficiales de amor y amistad. El honor, la conciencia y la dignidad solían ser normas de conducta. Hoy, incluso un soldado que presta juramento militar debe jurar ser honesto y concienzudo, lo que sugiere que esas cualidades ya no se dan por supuestas.
Estos cambios indican una transformación significativa en nuestro mundo, una transformación que todavía estamos tratando de comprender plenamente.
Distorsión del lenguaje
En la tercera etapa, se sustituyó el concepto de palabras, se reemplazaron las letras dentro de las palabras y comenzó la distorsión del lenguaje. Un estudio reciente exploró este fenómeno. Los científicos presentaron palabras de varios idiomas a diferentes nacionalidades. Se descubrió que los hablantes de inglés pueden no percibir la palabra «perro» en otros idiomas, pero comprenden la palabra «perro» en inglés sin problemas.
Esto se aplica a los españoles, a los estadounidenses y a varias otras naciones también. Es el lenguaje de programación del proceso de pensamiento del cerebro.
La sustitución de letras dentro de las palabras y el reemplazo de palabras por términos similares, pero extraños, puede llevar a una desconexión con nuestro subconsciente. Por ejemplo, si dos personas hablan de una jirafa pero se refieren a ella como un “hipopótamo”, no se entenderán. Un malentendido similar ocurre en la comunicación entre una persona y su subconsciente.
Falsas ciencias
La última etapa del cambio de conciencia está marcada por la aparición de las «falsas ciencias», en las que la ciencia se fragmenta en subdivisiones que introducen distorsiones debido a la falta de una visión holística, lo que nos lleva a una profunda incomprensión de los procesos.
Resultados
Los virus informáticos han introducido numerosos filtros en nuestra conciencia que dificultan nuestra capacidad de percibir la información con precisión. Esto ha dado lugar a una visión distorsionada del mundo, a la alteración de los objetivos y los ideales, a la corrupción del lenguaje y al desarrollo de una metodología para controlar a las personas.
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