La vida puede incluso existir en las estrellas: ¿es nuestro sol el hogar de la vida extraterrestre?
Tendemos a buscar formas de vida muy específicas en el universo basándonos en lo que sabemos: un planeta similar a la Tierra en órbita alrededor de una estrella y a una distancia que permite que el agua en su superficie esté en estado líquido.
Ya se ha dicho mucho sobre las formas de vida de silicio o, por ejemplo, la vida basada en metano como alternativa, pero ¿qué más es teóricamente posible?
Según un estudio realizado por un grupo de físicos, hipotéticamente, bien podría haber especies exóticas que puedan formarse, desarrollarse y prosperar en las profundidades de las estrellas. Todo depende de cómo definas la vida.
Si tomamos como clave la capacidad de codificar información de algunos portadores y la capacidad de estos portadores de reproducirse más rápido de lo que se descomponen, entonces las hipotéticas partículas monopolares ensartadas en filamentos cósmicos pueden convertirse en la base de la vida dentro de las estrellas, al igual que el ADN y el ARN. constituyen la base de la vida en la Tierra.
Con estos “collares” bien podría haberse producido el proceso de formación masiva de secuencias aleatorias hasta formar una capaz de autorreplicarse, como fue el caso del ARN.
El problema es que hasta ahora no se han descubierto ni las cuerdas cósmicas (objetos lineales unidimensionales) ni los monopolos (partículas elementales con un polo magnético), siendo puramente hipotéticos, pero la teoría siempre va por delante de la práctica.
En 1988, los científicos rusos Evgeny Chudnovsky y su colega, el físico teórico Alexander Vilenkin, predijeron que las estrellas podrían capturar cuerdas cósmicas.
Los collares cósmicos pueden formarse en una serie de transiciones de fase que rompen la simetría, según un nuevo estudio. En la primera etapa aparecen los monopolos. En el segundo – cuerdas.
Esto puede conducir a una configuración estable de una perla monopolar y dos cuerdas que, a su vez, se pueden conectar, formando estructuras de una, dos e incluso tres dimensiones que son lo más similares posible a los átomos conectados por enlaces químicos.
Curiosamente, según los autores del trabajo, si la vida útil de las especies nucleares autorreplicantes es tan corta como la vida útil de muchos objetos nucleares compuestos inestables, pueden evolucionar rápidamente hacia una gran complejidad.
¿Cómo sería una especie de alienígena así? Esto, creen los físicos, es una verdadera fiesta para la imaginación, pero no hay una dirección clara. Nuestro conocimiento actual de la vida como tal está demasiado ligado a la forma de vida que conocemos en la Tierra.
Pero los científicos han sugerido que, dado que dichos organismos utilizarán parte de la energía de su estrella para sobrevivir y reproducirse, esto puede explicar el enfriamiento más rápido de algunos de ellos, lo que no se corresponde con los modelos aceptados. Aquí también se pueden incluir estrellas que se oscurecen al azar.
Por ejemplo, solo unos meses antes de que realmente comenzara la pandemia de COVID-19 a principios de 2020, el mundo estaba obsesionado con una estrella supergigante distante, a 700 años luz de distancia, conocida como Betelgeuse. El monstruoso horno se atenuó repentinamente, volviéndose 10 veces más oscuro de lo habitual.
Hasta la fecha, esto no es más que una hipótesis interesante, pero los físicos planean continuar la investigación desarrollando modelos de collares cósmicos en estrellas.
Sí, está lejos de ser seguro que esto nos lleve a un encuentro con extraterrestres brillantemente luminosos, pero al menos puede darnos una mejor comprensión de las cuerdas cósmicas y los monopolos. Al final, la idea de que el universo está rebosante de la vida más diversa no puede dejar de excitar la mente.